Cementerio desocupado de Uclés - Uclés, Cuenca

En el pintoresco pueblo de Uclés, en la provincia de Cuenca, se encuentra el Cementerio desocupado de Uclés. Ubicado en la Calle Castillo, 2, este lugar destaca por su tranquilidad y belleza, ofreciendo un espacio sereno para aquellos que buscan un sitio de descanso eterno para sus seres queridos.

Con especialidades en el campo funerario, el Cementerio desocupado de Uclés brinda un servicio de calidad y respeto hacia los difuntos y sus familias. Su ubicación en un entorno natural y su cuidada arquitectura lo convierten en un lugar único para la memoria y el recogimiento.

Entre los datos de interés sobre este cementerio, se destaca su historia centenaria y la importancia cultural que representa para la localidad de Uclés. Además, el respeto por los difuntos y la atención personalizada a las familias son pilares fundamentales de este lugar.

Según las opiniones recogidas en Google My Business, el Cementerio desocupado de Uclés cuenta con una valoración media de 4/5, lo que refleja la satisfacción de quienes han hecho uso de sus servicios y han encontrado en este lugar un espacio de paz y respeto.

Para aquellos que buscan un lugar único y especial para sus seres queridos, el Cementerio desocupado de Uclés es una opción a considerar. Su ubicación, sus servicios de calidad y su entorno natural lo convierten en un lugar ideal para el descanso eterno.

Si estás interesado en conocer más sobre el Cementerio desocupado de Uclés y sus servicios, te recomendamos visitar su página web oficial y ponerte en contacto con ellos. ¡No dudes en contactarles para obtener más información y descubrir todo lo que este lugar puede ofrecerte!

Opiniones de Cementerio desocupado de Uclés

Jörge

5/5

Cementerio construido en la antigua tahona del monasterio de Uclés, activo desde la utilización del conjunto monacal por el Ejército Popular de la República en el año 1937 como hospital del VIII Cuerpo Médico, hasta su conversión en el año 1939 en campo de concentración franquista y su conversión en prisión central entre 1940 y 1943. Las excavaciones fueron llevadas a cabo entre 2005 y 2007, recuperando los restos de más de 430 víctimas, tratándose de la fosa común más grande de Castilla-La Mancha

Achiper

3/5

A finales de marzo del 39 con la entrada de las tropas golpistas Uclés se convierte de inmediato en campo de concentración. En él se clasifica a los detenidos tanto civiles locales como militares republicanos. Es en enero de 1940 cuando se crea la llamada Prisión central del Monasterio de Uclés en funcionamiento hasta diciembre de 1943. Durante este tiempo la represión y violencia franquista dejó una lista de 533 defunciones (hombres, mujeres y niños de edades comprendidas entre 3 y 72 años). Correspondiente al periodo de la guerra, de 1936 a 1939, hay doscientas personas documentadas, en su mayoría soldados republicanos. Todos ellos fueron enterrados en la mayor fosa común de la provincia de Cuenca, “La Tahona”, que se halla a los pies del Monasterio, sobre una superficie de 1200 metros.
En la entrada al cementerio los religiosos colocaron una placa en la cual reza: “En julio de 1936 el monasterio de Uclés fue saqueado y 11 religiosos agustinos fueron asesinados.
Hasta 1942 el edificio estuvo destinado a hospital militar y a prisión. Durante esos años fallecieron más de quinientos hombres de distintos pueblos. Unos víctimas de la violencia revolucionaria. La
mayoría 373 a causa de enfermedades y heridas de guerra. Los otros por acción penal. Unos 400 yacen en este cementerio restaurado en 1986. Orad a dios por todos".
Desde el año 2005 y hasta 2007 La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Cuenca realizo tres campañas de localización, delimitación, excavación y exhumación de fosas en los tres sectores en los que se divide el recinto: Sector Sur, zona de enterramiento del antiguo hospital; Sector Norte, fosas de gran tamaño y enterramientos de la prisión; y Sector central, con fosas de escaso tamaño para fusilados de la prisión. Los trabajos realizados durante tres años han permitido recuperar restos de unas 430 víctimas, de las cuales más de 300 corresponderían a presos fusilados o muertos por las duras condiciones de reclusión.
Actualmente se encuentra cerrado.